+ Texto ANTONIO MARTÍN CHICANO /
+ Fotografía ARACELI MARTÍN CHICANO +
El fin de semana pasado tocó ir a Madrid. No es que haga falta alguna razón para hacerlo, siempre está muy bien pasar unos días por allí en compañía de familia, amigos… (y porque íbamos al concierto de Portishead). Cada vez que voy hay cosas nuevas que ver, exposiciones, nuevos bares, restaurantes, tiendas, calles por las que no he pasado nunca. Volver a comer a la cafetería HD…
Uno de estos sitios nuevos es El Buchi, una tienda, como dicen sus propietarios, de ultramarinos finos, abierta desde hace poco, muy poco, en la calle de la Palma, en el barrio de Malasaña. Como en Álbum nos encanta la comida y las novedades, y apoyamos los proyectos que surgen de los sueños y el empeño en hacer lo que de verdad te gusta, allí nos dirigimos para conocer mejor a Juan Miguel y Patricia, los culpables de que entres en su tienda y sea imposible salir sin comprar nada…
Nada más entrar, lo más probable es que empieces con una copita de vino o un café, mientras recorres las estanterías a la vez que se te hace la boca agua, y piensas “qué bueno tiene que estar esto”, “qué pinta”… un consejo: pregunta. Sabrán aconsejarte, y es que ellos han probado todo o casi todo de lo que tienen a la venta, y en la medida de lo posible conocen a sus productores. Una de sus máximas es que conocer a los proveedores de sus productos es imprescindible, y si para ello hay que irse a las montañas asturianas, pues allá que se dirigen. Y descubrir productos poco habituales en las tiendas, esos tesoros gastronómicos locales que muy pocas veces salen de los pueblos donde se elaboran, y esto hace que de pronto te topes con un pescado de roca salado en aceite, hecho artesanalmente en Formentera, un producto que no es demasiado conocido fuera de las islas.
Como también somos muy partidarios de las colaboraciones, pensamos que qué mejor que charlar con ellos mientras compartíamos unos vinos y un tapeo, improvisado allí mismo con algunos de los riquísimos ingredientes que tienen en las estanterías.
Hay que decir que no fue fácil decidirse. Quesos artesanos de Asturias, de Madrid, unos embutidos del Pirineo catalán con un sabor exquisito, unas legumbres castellanas que se prestaban a hacer ricas ensaladas o patés (también las tienen con chipirones y foie), unas conservas excepcionales de Galicia, cecina de León, frutos secos españoles, mermeladas, frutas en almíbar deliciosas, sal del Mediterráneo, patatas fritas… ¡Ah! Y vinos, vermuts… En fin, que había miles de posibilidades de hacer cosas ricas.
Al final esto fue lo que nos comimos, acompañado de un vino blanco manchego “Mono”:
Fuet con higos
Queso fresco de cabra con higos confitados y avellanas: cortar el queso en lonchas, colocar un trocito de higo sobre el queso, y espolvorear avellanas machacadas por encima.
Higos confitados rellenos de foie: para esto es mejor escoger los higos más pequeños, hacer una pequeña incisión y rellenarlos con un buen trozo de foie, un toque de flor de sal y a comer.
Patatas fritas con mejillones gallegos en escabeche: abrir la bolsa de patatas y ponerlas en un plato, abrir la lata de mejillones y verter todo el contenido sobre las patatas.
Ya, ya sé que el higo confitado está en casi todo, pero es que combina tan bien con lo salado que era imposible no usarlo; además, una vez que está abierto el bote mejor utilizarlo ¿no?
En esta ocasión mientras preparaba la comida, la música fue reemplazada por una buena conversación, pero no puedo resistirme a dar una sugerencia musical…
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