+ Texto y Fotos CHIQUI G. CHICANO +
NUEVA YORK es una ciudad ya conocida por todos, el hecho de formar parte de los escenarios de tantas películas hace que sea una ciudad muy presente en nuestros idearios. Los primeros días puede sorprender la altura de sus rascacielos, los veloces taxis y los tamaños descomunales tanto de coches como de los cafés. Pero a todo se acostumbra el ojo humano. Lo ideal es adentrarse en la ciudad más allá de la escenografía peliculera, y eso es lo que verdaderamente llega a enamorar de esta manzana gigante.
Es una ciudad donde reina el arte y lo más importante es que permite disfrutar de ese arte a todo el público. Gracias a los días de entrada libre o los llamados “pay what you wish” se puede deleitar de los grandes museos aportando donaciones. Así el MOMA ofrece los viernes como día libre de entrada para todo el público, aunque todo tiene un precio, pues literalmente entra todo el público.
Museos como el METROPOLITAN siempre funcionan con donativos y es espectacular, eso sí quizá en éste hay que ser un poco selectivo pues para verlo completo se ha de dedicar muchas horas, muy aconsejable es la parte de arte moderno y contemporáneo. Otro escenario es el AMERICAN MUSEUM OF NATURAL HISTORY donde se puede revivir la película “Night at the Museum”.
Las ventajas de un viaje de más de una semana es que se puede ir a museos y galerías que en una semana no daría tiempo, y que visitan los propios neoyorkinos. Es por ello que se aconseja no dejar escapar el WHITNEY MUSEUM OF AMERICAN ART con exposiciones de la talla de Yayoi Kusama. Y también el NEW MUSEUM cuyo edificio fue diseñado por el arquitecto Norman Foster, en la calle Bowery. Además esta visita servirá de trampolín para conocer los barrios más animados de Manhattan lleno de jóvenes, galerías, bares, restaurantes, negocios novedosos y muy apetecibles.
Existen otros barrios fuera de esta islita tales como Brooklyn, que tras caminar por el puente recibe a sus visitantes con DUMBO, zona efervescente de artistas que poco a poco han ido estableciéndose en esta zona de Brooklyn, con el DAC (Dumbo Arts Center) y tiendas donde te lo comprarías todo. También en este barrio pero al norte nos encontramos con Williamsburg uno de los barrios más hipster de la ciudad. Allí una visita obligada a la librería SPOONBILL AND SUGARTOWN, y después a disfrutar de la hora feliz en uno de los bares de la Bedford Avenue.
Y si lo tuyo son las librerías no hay nada como perderse en STRAND, libros de primera y segunda mano, donde una vez más tendrás que hacer un esfuerzo y pensar en el límite de equipaje para no llevártelo todo.
Muy lejos del estereotipo de la mala alimentación en Estados Unidos, no hay que olvidar que Nueva York es diferente al resto de los States, la ciudad ofrece restaurantes de lo más variopinto y a precios muy asequibles. En tres semanas fácilmente se puede tener el reto de no repetir almuerzo ni un solo día: Bagels de mantequilla de cacahuete o de queso con salmón en Murray´s, hot dog picante en Central Park, sopa de pato en un restaurante cantonés perdido en Chinatown, Thai en la Séptima avenida, Sushi o comida para llevar del Whole Foods Market, plato de pasta en las fiestas de San Genaro del Little Italy…
Imprescindible ir al Shake Shack donde sirven las mejores hamburguesas del mundo hechas con carne orgánica, merece la pena esperar sus largas colas, y si hace un día soleado no tiene precio comerse una de sus SmokeShack o las vegetarianas Shroom Burger con Cheese Fries sentados en Madison Square Park.
Y para la verdadera comida china no hay nada como perderse por Chinatown, donde se pude encontrar lugares muy auténticos como un pequeño restaurante con dos mesas en Essex St. donde comer una sopa de noodles y un plato de dumplings deliciosos por 5 dólares todo.
Para rematar esta parte culinaria, se convierte en algo necesario ir al Magnolia Bakery a desayunar una sabrosa tarta de queso.
El MAGNOLIA BAKERY traspasa las barreras de panadería, el cuidado integral en el diseño de este establecimiento lo hace muy especial. La presentación de los productos, el folleto, los carteles, incluso el merchandising que venden con un delicado cuidado del diseño hace plantearse una vez más que un producto es bueno no sólo por lo que es en sí, sino también por su envoltorio, y este establecimiento tiene el mejor envoltorio para enamorar.
El diseño gráfico en esta ciudad es el rey del mambo, absolutamente todo está muy cuidado y eso se agradece para la vista y para la creatividad. Nueva York se convierte en pura fuente de inspiración.
Nueva York es una ciudad viva, dinámica, cultural, acogedora, pensada para el turismo y preparada para ello con sus parques llenos de actividades, con wifi gratuito, espacios públicos como los famosos “Open to Public”, fuentes públicas y baños en todos los establecimientos, con mercadillos orgánicos como el de Union Square, con las últimas tendencias, sus tiendas como Forever 21, Urban Outfitters o Brandy Melville, y sus outlet como el conocido Century 21, se ha de añadir la gran diversidad cultural que la hace rica y por la que uno casi se siente de allí.
3 Comments
Que crack 😉
¡Viajera! ¡Qué fotos más chulas!
Chiquitina, genial post! Me ha encantado leerte, era como si te escuchara contándomelo.
Un besazo enorme