La importancia de ver Mrs. America

Texto ARACELI MARTÍN CHICANO

La semana pasada comencé a ver Mrs. America. Sin saber realmente de qué se trataba, me atraía su reparto y su estética, así que pensé, allá vamos. Cuando leí la sinopsis me terminó de captar y es que cuenta la verdadera historia del movimiento para ratificar la Enmienda de Igualdad de Derechos en Estados Unidos y las consecuencias que cambiaron el panorama político para siempre.

La primera versión de la ERA (Equal Rights Amendment) fue escrita por Alice Paul y Crystal Eastman y la presentaron en el Congreso en 1923. Estaba diseñada para garantizar la igualdad de derechos legales para todos los ciudadanos sin importar el género. Las mujeres de clase media la apoyaban en gran medida, mientras que las de la clase trabajadora se oponían. Con el auge del movimiento feminista en los 60, la ERA obtuvo un apoyo cada vez mayor. En 1971 fue aprobada por la Cámara de Representantes de los Estados Unidos y en 1972 por el Senado.

1979 era la fecha límite para la ratificación de la ERA y contaba con un amplio apoyo bipartidista, hasta que apareció en escena Phyllis Schlafly, liderando un grupo de amas de casa que no estaban por la labor de establecer esa igualdad entre hombres y mujeres. Creían que serían reclutadas por el ejército y perderían la custodia de sus hijos o la pensión alimenticia, todo mentira.

Phyllis Schlafly determinó una gran parte de los valores del movimiento ultraconservador norteamericano: la centralidad de la familia, el repudio al feminismo, al aborto, al matrimonio homosexual y, sobre todo, ha sido la principal valedora de la recuperación de la idea de que la mujer es por encima de todo cuidadora y madre antes que trabajadora. 

Sin embargo, Schafy, trabajó como técnica en la planta de municiones más grande del mundo. Fue una gran estudiante en la Universidad y obtuvo un Máster en Política Gubernamental en el College de Radcliffe (institución femenina, adscrita a la Universidad de Harvard, cuándo aún no aceptaban a las mujeres). Fue una líder política fundamental, una brillante estratega y, sobre todo, una ideóloga popular que consiguió un gran calado entre el votante medio americano. Mientras defendía que las mujeres debían quedarse en casa cuidando de su esposo y sus hijos, ella se recorría Estados Unidos en una campaña en contra de la ERA, además de haber trabajado en campañas para la elección de gobernadores republicanos y escribir más de una decena de libros. ¿Por qué entonces no daba elección a que las mujeres tuvieran el mismo derecho que los hombres?.  Aún, a día de hoy, no se ha ratificado la enmienda en todos los estados…

Al otro lado y defendiendo nuestros derechos (¡gracias, joder!) se encontraban las feministas Betty Friedan, Shirley Chisholm, Bella Abzug, Jill Ruckelshaus y la gran Gloria Steinem, considerada como una de las principales activistas de los movimientos por los derechos de la mujer en Estados Unidos. A lo largo de su vida, ha participado en política, en marchas de protesta y ha ejercido un periodismo feminista y comprometido en revistas como Help! (donde publicó uno de sus artículos más célebres, sobre cómo se coló en la mansión Playboy, para conocer de primera mano y denunciar la misoginia y explotación sexual que dominaba en el ambiente de las fiestas, donde las camareras iban medio desnudas y disfrazadas de conejito). También trabajó como freelance en Vogue, Glamour o Cosmopolitan, entre otros. Publicaría varios artículos a favor del aborto y los derechos de la mujer y fundó junto a las feministas anteriormente citadas la Asamblea Política Nacional de Mujeres. Una organización dedicada exclusivamente a aumentar la participación de las mujeres en todas las áreas de la vida política y pública. Se dedicó al reclutamiento, formación y apoyo de mujeres para acceder a la política, a la judicatura y a puestos de responsabilidad gubernamentales. Hoy en día siguen reuniéndose y ofreciendo becas y formación.

En 1971 fundó junto a Pat Carbine su propia revista Ms. Magazine. En un principio, iba a ser un único número como un suplemento del New York Magazine, sin embargo, los 300.000 ejemplares se agotaron en ocho días y la revista recibió 26.000 suscripciones y unas 20.000 cartas. Poco a poco la publicación fue cogiendo fuerza entre los grupos feministas hasta convertirse en un pilar del movimiento y en una publicación independiente que sigue funcionando a día de hoy. 

Un año más tarde de la creación de la revista, en 1972, Steinem se convertiría en la primera mujer que diese un discurso en el Club Nacional de Prensa con un discurso de crítica hacia los propios medios y su falsa integración de las minorías en las redacciones.

En la actualidad, a sus 86 años, sigue siendo una de las voces más importantes de la teoría feminista.

Estamos a finales de abril de 2020, en medio de una pandemia que está afectando a nivel mundial y aún no sabemos cómo será nuestra vida. Las cosas ya no van a volver a ser como antes, al menos en un principio. Pero lo que sí debería pasar es que nadie decida en la vida de una persona y quite los derechos de nadie. Cualquiera debe ser completamente libre para actuar y decidir qué hacer con su vida y cómo hacerlo. Debería desaparecer el continuo cuestionamiento al que nos vemos sometidas. ¿Por qué te has casado tan joven?, ¿por qué has tenido un hijo ya?, ¿por qué no te casas y tienes hijos?, ¿por qué no estudias y trabajas?, ¿por qué lo abandonas todo para dedicarte a tu familia?. Si quieres tener pareja está mal, si no la quieres tener también está mal. Si quieres tener una vida sexual activa y no comprometerte, también mal. Depílate. No te depiles, ¿no eres tan feminista?. Déjate las canas. Tíñete que eso está muy feo y no querrás parecer mayor. Todo lo que hagamos está cuestionado y todo lo tenemos que demostrar continuamente, ¡basta ya!.

El 8 de marzo volvimos a salir a la calle para pedir lo que es nuestro, nuestros derechos. Y un partido de ultraderecha aprovechó para culparnos, una vez más a las mujeres, como en la Biblia, de todo el mal que está pasando, que habíamos hecho un aquelarre, (jajaja). Lo que demuestra que, una vez más, piensan que las mujeres somos unas brujas. ¿Volveremos a sufrir una caza de brujas?. Es algo más que evidente que la terrible persecución desatada especialmente a inicios de la Edad Moderna, fue una expresión directa de la misoginia de la sociedad. Las que eran acusadas de brujas podía ser cualquier mujer que tuviera un comportamiento que les molestase. Amante, esposa o viuda con propiedades. Las sanadoras y curanderas con conocimientos que ejercían como médicos, es decir, que querían acceder al mundo laboral y escapaban del control masculino o aquellas que llamaban la atención. 

¿De qué tienen tanto miedo?. Si tenemos que hacer hogueras y coger las escobas para volar y lanzar conjuros, que se vayan preparando. Y como bien dirían W.I.T.C.H. (Women’s International Terrorist Conspiracy from Hell) “Cuando te enfrentas a una de nosotras, ¡te enfrentas a todas! y no nos vamos a cansar.