+ Texto DANI ESCALZA +
Al cerrar la última página de esta novela a uno le inunda una sensación, dulce y amarga, de profunda nostalgia. Como si lo que acabamos de leer nos identificase de una forma vivencial a nosotros mismos, como si existiera en nuestra conciencia la memoria de algo que no hemos vivido, la certeza de una dolor futuro. Esto es lo que consigue el ensayista y escritor estadounidense de origen israelí, Hillel Halkim con esta obra unanimemente aplaudida.
El narrador de ¡Melisande! ¿Qué son los sueños?, a quien sólo conoceremos por su apodo, Hoo, convertido ya en su madurez en catedrático de Filosofía, no escribe para sí mismo, ni para el lector, sino para Mellie, Melisande, rememorando su relación de amor. Esta presencia constante del tú va construyendo poco a poco un relato a partir de imágenes desbrozadas que se va sucediendo fragmentariamente. La historia comienza a finales de los años cincuenta, en Nueva York, sobre la base de la amistad forjada en su juventud entre Hoo, Mellie y Ricky que condicionará el resto de sus vidas y discurre sobre el trasfondo social y cultural de los años sesenta y setenta.
Pero que nadie se lleve a engaño. ¡Melisande! ¿Qué son los sueños? es mucho más que una novela romántica. Es el relato del amor en sus distintas etapas, un retrato vivo y honesto de las relaciones de pareja en nuestro tiempo, pero también del deseo de ver cumplidos nuestros sueños. Se trata de una obra sencilla, sin grandes alardes técnicos, permanentemente atravesada de referencias literarias y filosóficas que establecen paralelismos con los acontecimientos y protagonistas de la historia. Gracias a ello se forja una historia llena de misticismo que, como los versos del poeta romántico alemán Heirinch Heine que dan título a la obra, consiste en la sobrecogedora búsqueda de la belleza y la verdad encarnada en el ser amado.
¡Melisande! ¿Qué son los sueños?
¿Qué es la muerte? Algo en vano.
La verdad solo pertenece al amor,
y, siempre bella, yo te amo.
Una vez más, el mérito de Libros del Asteroide consiste en convencernos de que aún hay libros que merece la pena leer.
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