+Texto y fotografía Nieves Muñoz+
En ocasiones es preciso afirmar y asumir que “no todo” es fácil de lograr en la vida. Con esto como premisa, la apuesta por la lucha independiente en el ámbito de la creación cinematográfica ha tomado forma a través del Jameson Notodofilmfest, un festival de cortometrajes online que tiene como principio brindar apoyo y promoción a jóvenes autores, a los que les sobran las ideas pero les escasean los recursos. Tomando como escenario el nuevo panorama mediático 2.0, en el que los procesos de producción y distribución has roto sus esquemas tradicionales, esta iniciativa ha dado pie al surgimiento de un número infinito de oportunidades y posibilidades, en las que los medios iniciales “no lo son todo”.
Imagen del corto Morado, ganador del premio IED a la mejor dirección artística y premio Filmin.
Durante los pasados 15 y 16 de junio el centro de arte contemporáneo Matadero de Madrid era testigo de la labor del proyecto Notodofilmfest. Su cineteca se convertía en espacio de exhibición de los cortos nominados de este 2013, así como en lugar de encuentro y debate de promesas emergentes y expertos del mundo del cine y la interpretación. Una undécima edición, en la que se buscaba ir más allá del mero certamen de premios, dando el gran salto del abstracto universo en Red a la dimensión de lo físico y mundanal.
Es un hecho que en la actualidad, con el abaratamiento de las nuevas tecnologías y su acercamiento a la producción amateur, brillar al albor de un sueño como lo es el de la creación cinematográfica está al alcance de cualquiera capaz de adquirir una cámara de video digital y plasmar a través de ella su visión del mundo, del arte y de la vida –que no son sino sinónimos inherentes-. Por ello, la cantidad de creadores independientes se ha incrementado notable e imparablemente con el paso del tiempo, ocasionando una auténtica revolución en el mundo del cortometraje, que ha encontrado en el universo digital una nueva coyuntura favorable para su promoción y difusión. La carencia de un mercado estable y de circuitos de exhibición comercial para este formato ha sido compensada con el desarrollo de este tipo de concursos y Festivales, que proliferan año tras año. Con ello, se ha llegado a la consolidación de un género independiente del largometraje, que es el que mejor se adapta al gran público y que, con Internet como escenario, ha adquirido un poder sin precedentes.
En ello, esta iniciativa de La Fábrica, a partir de una idea original de Javier Fesser, ha alcanzado una alta participación, audiencia y reconocimiento. Más de 9.000 cortometrajes han sido presentados a lo largo de diez fructíferas ediciones, cuyos directores han optado a la oportunidad de acceder a compensaciones económicas, becas de formación y ayudas a la producción de proyectos audiovisuales. Como testigos, alrededor de 21 millones de espectadores se han mantenido fieles y deleitados con esta muestra de arte libre, que tan solo precisa de un ligero empujón para echar a volar.
Imagen del corto J.Kramer, ganador del premio de distibución.
Imagen del corto Pipas, ganador del premio a mejor guión y premio TAI a la mejor dirección.
Lejos de decaer, la edición de este año no defraudaba. El jurado, con Rodrigo Cortés a la cabeza –junto a Alberto Rodríguez, Mateo Gil, Ernesto Arterio, Claudia Llosa o Mariano Barroso-, hacía público su veredicto el día 18, tras el frenético fin de semana vivido en Matadero. En esta ocasión los cortos afortunados fueron “Iniciación a la fotografía”, galardonado con el Gran Premio Jameson a la Mejor Película; “Ventanitas”, ganador del Jameson a la Mejor Película Triple Destilación; “Fracasados por el mundo”, reconocido con el premio La Térmica al mejor proyecto de serie web; y “Pipas”, otorgado con el de mejor guión y premio TAI a la mejor dirección. Del lado de la interpretación, el título de mejores actores fue para “Román Reyes” por “A rastras” y Violeta Orgaz por “Kisses”.
Atrás han quedado cortos históricos como el fantástico “Viaje a la luna” de Meliés o el surrealista “Un perro andaluz” de Buñuel y Dalí. Ahora las creaciones cinematográficas de esta índole se producen, distribuyen y exhiben de forma directa, viral y accesible; un proceso metamorfoseado en el que la lucha entre el principio de no abandonar la experiencia tradicional de ver cine y la intención de proponer alternativas con las que llevar a cabo los proyectos y hacérselos llegar al público está a la orden del día. Sin cánones, definiciones ni formación previa, nuevos estilos narrativos y visuales se han convertido en la seña de identidad de auténticas obras de arte que, con iniciativas como Notodofilmfest, luchan por superar ese papel relegado al desconocimiento, la mediocridad y el fracaso que le ha sido atribuido por los estereotipos tradicionales.
Una nueva era se presenta ante esas olvidadas creaciones audiovisuales alternativas, que optan por el arte en pequeñas dosis y por la calidad en grandes cantidades. Un periodo vital longevo y exitoso se abre paso en estas peculiares y prometedoras producciones, destinadas a la temida y codiciada gran pantalla. Ahora ya no solo “todo” sino nada es como creía ser.
Imagen del corto Ventanitas, ganador del premio Jameson a la mejor película de triple destilación.
Imágenes cortesía de Jamenson Notodofilmfest.
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