Texto ARACELI MARTÍN CHICANO
No puedo evitar emocionarme al pensar que este jueves 8 de marzo puede suponer un antes y un después en nuestra historia. Por primera vez se va a producir una huelga de mujeres, una huelga totalmente necesaria para visibilizar problemas tan reales como imposibles de seguir permitiendo en nuestra sociedad.
Para esta ocasión se han convocado parones de dos horas por turno y manifestaciones a las 19h en varias ciudades del mundo. Como mujeres, es nuestro derecho y deber asistir para conseguir lo que TODAS queremos y necesitamos, una IGUALDAD, ni más ni menos. Si no puedes realizar estos parones también se ha propuesto una huelga de consumo, educativa y de cuidados, tratando de visibilizar otros trabajos del ámbito doméstico que tradicionalmente se han asignado a la mujer, al igual que también hay iniciativas simbólicas como colgar los delantales en los balcones. Hay que demostrar que “sin el trabajo y el esfuerzo de las mujeres el mundo se para”.
El feminismo es una necesidad para vivir en un mundo coherente, tras un 2017 lleno de movilizaciones como el movimiento global #Metoo, las 500 mil mujeres de Washington contra Trump, las manifestaciones en el Día Internacional de la Mujer que tuvieron lugar en 49 ciudades españolas o las que denunciaban en las calles la violencia machista y la injusticia patriarcal con ‘La manada somos nosotras’ y ‘Juana está en mi casa’, este 8 de marzo bajo el lema #NosotrasParamos, la Comisión 8M está organizando en España una manifestación feminista que se hará en 177 países más.
Hoy, mientras hablaba en el trabajo con algunas compañeras, una de ellas preguntaba que qué pasaba el 8 de marzo…no tenía la menor idea de por qué se iba hacer una huelga y qué era lo que representaba. Parece totalmente improbable que hoy en día, y sobre todo una mujer, aún no sepa qué significa el 8 de marzo. Que no se pare a pensar lo que otras mujeres han luchado para que nosotras tengamos nuestros derechos y que no piense en el homenaje que intentamos hacer a esas casi 200 mujeres que murieron en una fábrica de algodón asesinadas por su jefe por hacer una huelga exigiendo unas condiciones mejores. Por ello y por lo que sigue ocurriendo hoy en día, tenemos que unirnos y salir a la calle. Luchemos por lo que no pudieron tener en el pasado y por lo que queremos que tengan en el futuro; no pensemos por una, pensemos por todas.
A lo largo de la historia han existido numerosas mujeres que han permanecido en la sombra a pesar de realizar grandes descubrimientos en la ciencia, la salud, la música el arte. Se les ha prohibido leer, votar, decidir sobre su propio cuerpo….aún hoy vivimos en una sociedad en la que está mal visto estar soltera o no querer formar una familia aún teniendo pareja. Vivimos en un continuo juicio, si nos violan será porque estábamos borrachas y llevábamos ropa provocativa, si nos maltratan hasta matarnos es porque no habíamos denunciado lo suficiente, si quieres llegar lejos en tu carrera no haber tenido una familia….
Son varios los motivos por lo que nos manifestamos este 8 de marzo, entre ellos, la violencia machista. En España violan a una mujer cada 8 horas, es decir, 3 al día y ya van 4 las que han sido asesinadas en este año que acaba de empezar. Tenemos una brecha salarial del 14% respecto a nuestros compañeros, por lo que trabajamos gratis 53 días al año, sin contar por supuesto el trabajo no remunerado que hacemos al llegar a casa y que no está incluido en nuestro “horario laboral”, porque cuando acaba nuestra jornada, somos nosotras en la mayoría de los casos, la que nos ocupamos de las tareas del hogar, los niños, la comida y un largo etcétera, porque claro, nos han educado para eso y la sociedad ha conseguido que estemos acostumbrada a ello, que pensemos nosotras mismas: “si a mí no me importa”, “no me cuesta trabajo”, “pero si me echa una mano”, ni que te eche una mano y que sí te importe, que haga el mismo trabajo que tú siempre haces.
Esta huelga puede ser un proceso de creación y afianzamiento del feminismo, pero claro está, que necesitamos que esto no se limite a un sólo día y necesitamos que nuestro gobierno y nuestras leyes cambien, que cambie la educación en los colegios de nuestros hijos y que dejen de definirnos como el sexo débil, que nos dejen de juzgar y que dejen de tomar decisiones sobre nuestro cuerpo y nuestra vida que sólo nos pertenece a nosotras y a nadie más.