+ Texto MAR MOSEGUÍ +
Obra de Ed Templeton, Suburban Domestic Incubator, 2013.
Las personas tienden a biografiar todo lo que les sucede a su alrededor a través de la evolución de su personalidad, en referencia a las oportunidades que no se han dejado pasar y las que se perdieron en el camino. De esta manera, cada una va otorgandose su identidad propia de manera indirecta. A los artistas en sus diferentes disciplinas ya sea en forma de escultura, escritura, fotografía o gráfica, tienden a ir expresando esa evolución artística que les lleva a finalizar un trabajo u otro, y, en el fondo, todo lo que muestran de una manera física es lo que tienen en su interior.
Hasta el 31 de marzo en el Museo Nacional Reina Sofía de Madrid se exhibe este ejemplo de “vida y obra” gracias a la exposición de “Formas biográficas. Construcción y mitología individual” donde 56 artistas, entre ellos, nombres como Étienne-Martin, Edvard Munch, Raymond Hains, Robert Bresson, Lygia Clark o Franz Kafka, muestran ese juego de transformación simbólica donde la vida cambia y la persona se va convirtiendo en otra, tras un proceso de experiencias subjetivas.
Edvar Munch, Ved dødssengen, 1896.
El campo de la experimentación corresponde a esa construcción o reconstrucción de esos procesos autobiográficos. Y por ello, esta muestra enseña al público en diferentes modalidades una crítica al biografismo en forma de dramaturgia sobre las diferentes crisis de identidad individual que tiene la sociedad, debido a sus relaciones de pertenencia, dentro de la cultura y el marco social. En definitiva, lo que se pretende es dar cobijo a ese caos, proporcionando una coherencia artística y emocional.
Günter Brus, Vertikalschmerz, 1989.
Fotografías cedidas por el Museo Nacional Reina Sofía.
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