+ Entrevista LUCAS LÓPEZ
+ Traducción ANTONIO M. CHICANO
Es curioso la de vueltas que puede dar la vida, cómo, a veces, confluyen determinadas circunstancias y se generan situaciones que no hubiéramos imaginado jamás. Tener la oportunidad, hace unas semanas, de conversar con KAWS acerca de su nueva exposición en el CAC de Málaga ha sido uno de esos momentos especiales que, de cuando en cuando, surgen sin esperarlo. Especial no solo por el personaje, que sin duda lo es, sino por el hecho de que al encuentro acudiéramos, por una razón u otra, tres de los cuatro fundadores de un pequeño y extinto proyecto empresarial llamado Toy’s’Pain. Una empresa que nació a mediados del 2004, a camino entre Málaga y Barcelona, y que tuvo la suerte de trabajar con este artista, importando y distribuyendo algunos de sus primeros juguetes en nuestro país. Casi diez años después de aquella aventura, de la que hoy solo queda un recuerdo entrañable y una experiencia vital impagable, allí nos reunimos Gabriel, Rocío y un servidor (solo faltaba Marya) y esto fue, poco más o menos, lo que hablamos.
Cuando comenzamos a trabajar contigo, eras conocido solo en determinados ámbitos relacionados con el graffiti, y con todo ese movimiento de cultura urbana que se generó a finales de los años 90. Diez años después de aquello el cambio ha sido más que notable, has pasado a convertirte en un artista reconocido que expone en museos y galerías de todo el mundo. Cuéntanos cómo has vivido ese proceso.
Hace diez años no recibía ningún tipo de atención por parte de las galerías. Sí, había ciertas galerías que apoyaban el tema de los muñecos o el street art, pero las otras galerías de arte contemporáneo, museos, no prestaban atención, y yo tampoco pensaba en estar en este tipo de espacios. En esos momentos dibujaba para Nigo, para su marca A Bathing Ape, en 2004 y 2005 creo que hice casi las temporadas completas. Poco después, en Japón, había conseguido trabajar con casi todos los que me interesaban, como Comme des Garçons. Ya tenía una idea de lo que quería hacer y empecé a concentrarme en ello, así fue como empecé Original Fake, con Medicom, que duró siete años. En 2008 hice mi primera expo en Miami en la galería Perrotin, fue ahí donde empezaron a surgir las oportunidades y pude dedicarme totalmente a ello, desde entonces todo ha seguido su curso.
Comenzar con Original Fake pudo ser algo arriesgado entonces, ¿lo hiciste incluso a sabiendas de que podía verse con cierto rechazo por considerarse una historia demasiado comercial?
Sí, cuando empecé Original Fake me olvidé de las galerías y de todo eso, pensé en hacer lo que me gustaba hacer, aún sabiendo que la tienda era demasiado comercial para la mayoría de la gente y que podía causar rechazo, pero no me importó, simplemente era hacer justo lo que me apetecía hacer en ese momento, y es divertido porque poco después de aquello empezaron a surgir otras historias. Pensé que iba a provocar rechazo pero lo que sucedió es que empezó a generar interés.
Imaginamos que no era algo que estuviera bien visto por el mundo del arte, por así llamarlo, serio.
Claro, en los 90 si eras artista, o eras comercial o artista de verdad. Así que si hacías un muñeco era como ¡aarggg!… O una camiseta o un monopatín.
Aunque tampoco era nada nuevo, artistas como Keith Haring apostaron por un enfoque similar años antes, ahí estaban las Pop Shop de Nueva York y Tokyo.
Sí, pero él era una anomalía, existía en su propio universo y después murió, no llegó realmente más lejos. Opino que realmente los que han abierto puertas son artistas como Takashi Murakami, Damien Hirst o incluso Jeff Koons al estar interesados en este tipo de producto. Ellos están ahí arriba, sus trayectorias son completamente opuestas a la mía, aunque al final estamos haciendo lo mismo, pero es como ir de arriba abajo, mientras que yo voy de abajo arriba, y el hecho de que ellos estén haciendo esto hace que se abra una puerta para este tipo de productos.
Hablemos un poco de la exposición de Málaga. Parece que la madera es un elemento cada vez más presente en tu obra, el vinilo y la fibra de vidrio han dado paso a este otro tipo de construcciones donde la escala desempeña, también, un papel fundamental. En concreto la obra que constituye el centro de la exposición es francamente espectacular. ¿Cómo surge la idea de comenzar a trabajar con este material en particular?
Bueno, todo empezó en el 2005 cuando hice un muñeco de madera con Medicom, y después en 2010 hice un Companion. Aunque eran figuras que ya existían, simplemente el hecho de crearlas en madera les dio un sentido diferente, una calidez que les aportaba una personalidad distinta. Regalé uno de estos muñecos a la persona que produce las esculturas de esta exposición, él y yo siempre habíamos pensado en trabajar juntos pero no terminábamos de definir qué hacer. Entonces me habló de que había estado experimentando con esculturas de gran tamaño, así que empezamos a probar en esta dirección y llegamos a esto. Está muy bien hacer las figuras en color y fibra de vidrio, como los muñecos pequeños, pero creo que en este caso tienen un punto diferente.
Seguro que la elección del tipo de madera tampoco es algo casual, da la sensación de ser muy dura y resistente ¿qué clase de madera es y qué cualidad buscabas en ella?
Es afrormosia, parecida a la teca. Es una madera muy resistente que no es atacada por insectos, hongos y todo eso, se usa para exterior, es como la que se utiliza para los barcos. Es muy duradera y, además, se puede tallar muy bien.
¿Cómo están construidas? Obviamente no se trata de madera maciza.
No, no es madera maciza. Están huecas por dentro, aunque de paredes gruesas. Dentro tienen un armazón de acero y plomo en los pies para que se mantengan de pie.
¿Participas de alguna forma en el tallado o en la construcción?
No, yo básicamente dibujo a lápiz, dibujo las rotaciones, y después el escultor con el que trabajo en casi todas mis esculturas las hace en arcilla, cuando quedan perfectas pasan a construirlas.
¿Dónde produces estas piezas?
Las fabricamos cerca de Amsterdam, y se terminan en Maastricht.
Por tanto tienes dos talleres, uno en los Estados Unidos y otro en Europa.
Sí, tenemos dos, uno en cada sitio. Pero las esculturas solo se trabajan aquí. En los EEUU tengo un equipo diferente. Pero es como todo, como con los muñecos, encuentras gente que entiende lo que haces y ya está. Si alguien es bueno y hay buena relación, entonces siempre trabajo con él.
Pues, enviar piezas así por Correos debe ser un buen jaleo.
Aunque las esculturas van desmontadas, la cabeza por un lado, las piernas, los brazos, todo en distintas cajas, la de la cabeza es la más grande, pero, sí, es mucho. Pero bueno, ya sabes, eso es algo de lo que no me ocupo realmente, y me alegro de tener gente a mi lado que se preocupe y resuelva ese tipo de cosas.
Volviendo al tema de la muestra de Málaga, nos interesa saber cómo surge el planteamiento de la exposición. En este caso, en concreto, no hay obra gráfica. ¿Cómo te influyó el espacio a la hora de tomar esta decisión?
Bueno, estuve dándole vueltas en mi cabeza a cómo debería ser la exposición, teniendo también en cuenta las exposiciones que he hecho últimamente, y pensé que sería una ocasión perfecta para exponer las esculturas negras, siendo todo el espacio blanco sabía que tendría un efecto muy dramático.
De unos años a esta parte hemos visto como tu presencia en España ha ido haciéndose cada vez más notable. En 2011 estuviste en la Galería Javier López y este año has vuelto a repetir allí, ahora te tenemos en el CAC de Málaga. ¿Percibes un interés creciente por parte de galeristas y coleccionistas de nuestro país hacia tu obra?
Es difícil de decir, porque ahora tengo la expo en Javier López y la presentación de esta nueva muestra aquí. Es cierto que mi presencia como artista ha aumentado, veremos si con el tiempo ese interés que parece que hay se traduce en nuevas oportunidades.
Para concluir, ¿echas de menos pintar en la calle, gozar de cierto anonimato para hacer el tipo de cosas que hacías antes?
No, la verdad es que no he hecho nada en la calle en los últimos diez años. Cuando lo hacía me encantaba, era una manera de comunicar y exponer mi trabajo en distintos soportes, pero llegó un momento en que quería hacer otras cosas. No quiero estar siempre recreando el pasado, me aburriría.
No Comments