Texto RAQUEL TREJO GARRIDO
Amaya Arzuaga nos vuelve a deleitar con una propuesta en la que la arquitectura se fusiona con la moda, convirtiéndola en auténtico arte. En su colección de primavera/verano 2016, las líneas curvas son las indiscutibles protagonistas en una colección en tonos blancos, beige, negro, rosa palo, verde agua y amarillo. Una puesta en escena tecnológica y a la vez romántica en la que nos han encantado la superposición de tejidos, los volúmenes formados a través de círculos de delicado tul y las golas en los cuellos. El patronaje es clave en estos diseños, al igual que la elección de tejidos, siempre lisos para no distraer del juego de volúmenes.
Los pantalones de tul se combinan con tops estructurados para dar lugar a un look muy sofisticado, mientras que en los vestidos encontramos multitud de diferentes volúmenes que crean una silueta poderosa y futurista. El amarillo, junto a los pasteles, será tendencia para la próxima primavera y en Amaya lo vemos combinado maestralmente con el color beige.
La colección está claramente influenciada por la obra arquitectónica del estadounidense Eero Saarinen y da como resultado unas piezas sorprendentes que se convierten en las absolutas protagonistas del look.