L.E.V. Matadero 2019

Texto ARACELI MARTÍN CHICANO

Matadero Madrid ha apostado por la electrónica visual internacional en la primera edición del festival L.E.V. en la capital castiza.

El Laboratorio de Electrónica Visual lleva trabajando durante treces años su reputación como especialista en vanguardia sonora en Gijón así que era algo más que inevitable, completamente necesario, asistir a su primera edición en Madrid.

Son varios años los que he tenido la suerte de asistir a un festival que desde el minuto cero me sorprendió. Tanto en sus localizaciones, selección musical y audiovisual y su limitación de asistentes. Algo que para mí, lo ha convertido en un festival de calidad que no sólo se suma a hacer dinero sin preocuparse de la comodidad de su público.

Esa limitación de aforo provocó que los abonos para su edición madrileña se acabasen semanas antes. Gracias a ese control de asistentes, en ningún momento sentías agobio en ninguno de sus conciertos y se disfrutaba de una manera bastante plena de la experiencia tanto sonora como visual. Por favor señor y señora L.E.V. no lo cambiéis nunca.

Cierto es, que era casi inevitable, caer en la mala idea de comparar esta primera edición en Matadero Madrid con su predecesor asturiano. Caso error, como en todo en la vida, las comparaciones son odiosas y aquí también. Pero claro, es difícil olvidar esa sensación que sientes al llegar a La Laboral en Gijón o al Jardín Botánico en la edición de día, es complicado olvidar ese recuerdo en tu memoria.

Comparaciones aparte, hay que destacar como siempre, la increíble organización del festival y exacta puntualidad en las actuaciones. El tiempo quizá no acompañó como nos hubiese gustado, pero quizás van a tener que seguir bajando un poco más al sur para encontrar un poco más de sol…

Festival L.E.V. Matadero ha sido cuatro jornadas de propuestas de creación audiovisual y sonora: conciertos, espectáculos audiovisuales, performances, instalaciones y experiencias sonoras. La nave 0 y la Cineteca acogieron una nueva sección en el Festival: VORTEX, experiencias inmersivas y mundos virtuales, todo ello presentado por una cuidada selección de piezas que van desde el cine, el arte, la tecnología, el pensamiento, el videojuego y la realidad virtual, planteando una reflexión sobre la identidad digital y las implicaciones reales de los mundos virtuales. RRUCCULLA fue uno de los directos indispensables dentro de los conciertos de esta nueva sección de L.E.V. Matadero y es que es, una de las grandes promesas de la música experimental en nuestro país: jazz y melodías pop unido a collages visuales y sonoros junto a una batería acústica y vanguardia digital.

Sentía curiosidad cuando supe que, en la Nave 16, se presentaba el sistema de sonido Soundscape y cuando me decidí a entrar para descubrir a otro imprescindible Ryoichi Kurokawa: pelos de punta, un escalofrío me recorrió todo el cuerpo, el sonido me envolvió y las imágenes me trasladaron a otro espacio temporal, fue una sensación que recomiendo vivir al menos una vez en la vida. Presentaba “Subassemblies”, un concierto audiovisual que explora la relación entre la naturaleza y lo creado por el hombre a través de una perspectiva de escala arquitectónica.

A continuación le siguió DJrum para presentar en directo su último álbum y lo hizo acompañado de una violonchelista y una vocalista, colaboradoras de “Portrait with Firewood”, donde el piano fue un claro protagonista, creando además una atmósfera frágil y melancólica en la puesta en escena, inspirándose en el trabajo de la artista Marina Abramovic.

Aisha Devi presentó  un directo creado específicamente para el sistema de sonido Soundscape con ritmos intensos, místicos y radicales.

La jornada del sábado comenzó con la sesión, de nuevo, de Djrum esta vez en formato Dj set donde disfrutamos de una sesión a base de dubstep, garaje, techno y dub.

Acto seguido fue el turno de Ikonika, figura clave del sello de música electrónica Hyperdub. Tras más de 10 años de trayectoria es uno de los nombres más respetados del UK Bass y así lo demostró en La Plaza.

El encargado de finalizar la sesión diurna fue Skygaze, quien estrenó en directo su álbum Bloom, basado en el hip hop con aires de jazz, pasando por e house o el juke.

Más tarde y, aún en la plaza, Babii se hizo con el control del escenario. Mezcla de pop/R&B con toques electro y bajos con toques semiindustrial. Una voz muy dulce y un mundo aparentemente onírico que contrasta con la oscuridad de sus letras.

La tormenta finalmente se lanzó y nos tuvimos que refugiar en la nave. De este último tramo, destaco con diferencia a Nkisi. Una ausencia total de visuales provocó que te sumergieras completamente en su música que bien te podía transportar a un templo de ambiente techno.

Kelly Moran era mi gran esperada del domingo. Creando atmósferas oníricas, su música transmite inflexiones de jazz y dream pop, música neoclásica y black metal, oscuridad y luz.

L.E.V. es un festival que no sólo no decepciona, sino que te hace descubrir a nuevos artistas, siempre a la vanguardia tanto en la escena musical como en las artes visuales y así lo hemos podido disfrutar también en su primera edición de L.E.V. Matadero. Así que enhorabuena y a por muchos años más, nosotros seguiremos estando ahí.