+ Texto TJÖRNINA GVAL KVGH +
PIP & POP es el pseudónimo de una artista australiana llamada Tanya Schultz, que se ha dado a conocer a través de dibujos y sobretodo, instalaciones que provocan un subidón de azúcar nada más verlas. Son el sueño de cualquier adicto a los dulces. Sus instalaciones evocan paisajes que invitan a soñar con mundos fantásticos, ultra cursis, con predominio del rosa, el glitter y el empalague absoluto, donde no hay medida ni control. Es la antítesis del menos es más. Para Pip & Pop, más es más. Y si es cursi hasta la saciedad, mejor. Rozando casi los límites del kitsch, con claras referencias a la infancia, los videojuegos, su arte es una celebración del exceso y la abundancia. Una multitud de meticulosos y detallados elementos de los más diversos materiales componen espacios utópicos y oníricos. La artista se sirve de materiales como el azúcar, la purpurina, los dulces, animales de plástico, flores y objetos creados por ella misma a partir del papel.
En palabras de la propia artista, su obra refleja su fascinación por la idea del paraíso y los sueños que evocan la mitología, los cuentos de niños, los videojuegos y el cine.
En cierta manera su estética guarda relación con el concepto de lo kawaii, importado de la cultura japonesa y celebra la felicidad momentánea derivada de esta cultura del consumo actual, ya que son creaciones efímeras.
Lleva trabajando en este tipo de obras desde el año 2007 y por ahora ha expuesto en Australia, Japón, Reino Unido y Alemania. ¿Será España su próximo destino? Lo espero con ansia.
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